“El costo logístico ronda entre 1 y 6%, con lo cual no es formador de precios.”

Alejandro Zapata tiene 49 años de edad, es licenciado en Administración de Empresas por la UBA y cuenta con un posgrado en Logística de la UADE. Desde el 2006 se desempeña en el sector.

-Para usted, la logística es…

-Es sumamente estratégica para la región. Cada organización busca optimizar, conectar, mayor eficiencia, en el mejor tiempo posible y al menor costo. Creo que somos parte de una generación que trabaja día a día en brindar soluciones innovadoras, y con muchas herramientas disponibles. Veremos grandes avances en este sector en los próximos años.

-¿Cómo describiría la actualidad del sector en nuestro país?

-Como muchos otros, buscamos ser más eficientes puertas para adentro. Aún es un momento de transición en el que debemos adaptarnos al nuevo modelo económico. En materia de infraestructura, tenemos un déficit creciente en el estado de las rutas. Por lo tanto, se requieren inversiones urgentes y mayor conectividad. Un tema cada vez más relevante es la importancia que nuestro sector le está dando a la sustentabilidad, con un nivel de conciencia muy grande y un compromiso que atraviesa a todos. Esto se está enfrentando desde la utilización de unidades a GNC y eléctricas hasta el tratamiento de residuos para reciclaje, naves logísticas sustentables y digitalización. Se nota un nivel cada vez más profesional y colaborativo, orientado a las necesidades más complejas de los clientes. Eso hace que debamos mejorar continuamente para estar a la altura de la exigencia del mercado.

-¿Cómo son los profesionales y recursos humanos del sector? 

-Los profesionales muestran un marcado crecimiento. Hay múltiples ofertas académicas y de cursos de formación para el sector, que brindan aspectos técnicos y estratégicos clave para nuestra industria. Cabe aclarar que es fundamental una política de retención del talento. Por otro lado, se puede observar que hay posiciones que siguen siendo difíciles de cubrir, principalmente choferes para el transporte de carga.

-¿Cuál es su visión estratégica de la logística como negocio?

-La logística seguirá en expansión, dado que las empresas entienden la importancia de buscar especialistas que se ocupen de encontrar eficiencia y generar valor a sus clientes al menor costo. Pienso que los sectores de minería y energía serán motores para la expansión y crecimiento del país, generando tracción en todas las demás industrias y el consumo masivo. Esto demandará mayor inversión y crecimiento logístico. El futuro se vislumbra próspero para un sector cada vez más protagonista. A su vez, será cada vez más complejo y personalizado. Las entregas puerta a puerta seguirán creciendo, dada las preferencias crecientes de los consumidores por esta modalidad. No tengo dudas de que la tecnología es y será central. La necesidad de adecuar e implementar mejores formas logísticas, más eficientes y con información dinámica y predictiva, con mucha centralidad en la utilización de la inteligencia artificial, seguirá siendo central. 

-¿Hay un área dentro de la logística en la actualidad que destaque por sobre el resto o sea clave a futuro? ¿Por qué?

-La logística de última milla es el tema central y lo seguirá siendo en el futuro. Hay mucho campo para crecer y, sobre todo, para mejorar. Nos resta un largo camino para adaptarnos a las necesidades crecientes de los consumidores y de las distintas empresas. 

-¿La logística argentina es tan cara como sostienen desde ciertos sectores?

-Es una falacia. Es muy simple hablar sin contar con información y echarle la culpa a un sector u otro. Para hablar de costos, es central primero conocer cómo se compone la estructura de un servicio, cuánto pesa cada driver de costo y qué incidencia tiene el sector, de modo tal de trabajar en cuanto a eficiencia y oportunidades de mejora. Gran parte de la estructura de costos está formada por variables no controladas como la carga tributaria, el precio del combustible y la mano de obra. Otro aspecto importante de este asunto es que comparan cosas que no son comunes, como el transporte marítimo de un contenedor versus el transporte de un contenedor por carretera. Sabemos que no es lo mismo, como así tampoco es comparativo el peso de un contenedor en un barco con una cantidad considerable de Teus versus ese mismo en un camión que debe absorber la totalidad.

-¿Qué reflexión hace cuando escucha que hablan de la logística como culpable de la suba de precios en productos?

-Que no saben o no quieren hacer de forma correcta los cálculos. En la Argentina, el costo logístico ronda entre el 1 y 6%, dependiendo de la actividad, con lo cual podemos inferir que no es formador de precios. Obviamente que es parte del costo, pero no tiene un peso tal como tantas veces se declara. 

-¿Cuáles son los principales problemas que afronta la logística argentina? 

Pienso que hay tres aspectos relevantes. En primer lugar, la logística de última milla. Es un desafío constante que demanda una mayor eficiencia para atender a las necesidades de los consumidores. Luego, la infraestructura deficiente que tiene la Argentina, en cuanto a rutas y conectividad entre ciudades. Y en tercer lugar, la mayor utilización de la tecnología al servicio de la logística, específicamente la inteligencia artificial.

-Si le tocara armar un Plan Logístico Nacional a 15 años, ¿cuáles serían los tres primeros puntos que definiría como esenciales?

Primero, infraestructura y conectividad nacional y con los países limítrofes para un esquema intermodal. Segundo, procurar una flexibilización laboral que se adapte a las necesidades del sector, lo que facilitaría la creación de numerosos puestos laborales. Fomentar la capacitación especializada mediante leyes que permitan instrumentar una escuela de choferes a partir de los 18 años de edad, para captar aquellos jóvenes que salen de la escuela media, sin tener que esperar a los 21 años, como en el presente. Tercero, trabajar los aspectos impositivos que faciliten la competitividad en el sector. Es necesario eliminar impuestos redundantes, reducir la carga nacional, provincial y municipal, facilitando el desarrollo de inversiones que son de gran necesidad. 

-Para 2050, la logística argentina…

-Logrará certidumbre. Si conseguimos, como Nación, tener un plan político-económico sostenido y sostenible en el tiempo, podremos al fin planificar a corto, mediano y largo plazo, logrando un pensamiento estratégico que agregue valor a todos. Seguimos pensando en el corto plazo, en el día a día, y debemos comenzar a pensar mucho más de forma estratégica.