En un año signado por la inflación, altos costos imposibles de trasladar a las tarifas, infraestructura vial insuficiente y, como si fuera poco, la incertidumbre típica previa a una proceso eleccionario, los operadores logísticos deberán explotar al máximo sus recursos para sostener la competitividad en un mercado, de por sí, complicado para la actividad.
“Para el presente año, las perspectivas no son alentadoras”, aseguran desde la consultora Abeceb en un reciente informe que anticipa que “el menor comercio internacional y la recesión afectan al sector logístico. Seguirá pesando sobre las exportaciones el incremento del índice de costos logísticos. Si bien se espera que los combustibles desaceleren su incremento, el aumento de los costos de mano de obra (que rondarán el 30,7%) impulsarán el indicador un 23,9% por encima de la tasa de devaluación del tipo de cambio oficial”, augura el estudio de la firma que dirige Dante Sica.
Ante ese panorama, “los Operadores Logísticos se van preparando porque prevén una etapa de cambio”, explica Carlos Musante, Director Técnico de CEDOL, la Cámara que reúne a las empresas dedicadas a la logística. “Por suerte, una característica buena del sector es que siempre está invirtiendo, incluso en épocas difíciles; y en la actualidad, esa inversión pasa por la ampliación de metros cuadrados, la incorporación de racks, capacitación y por la tecnología de sistemas, no de movimiento”, destaca.
Adaptación e Inversión
En este sentido, Gustavo Hedemann, Gerente General de Provinter, asegura que hace tiempo se vienen preparando: “cambiamos sistemas, mejoramos procesos y productividades. Venimos haciendo un trabajo de fondo prolongado, aunque sabemos que será una coyuntura extraña, particular, esa es nuestra estrategia para la competitividad en 2015”.
En tanto que para Fabián Yanonne, Director Comercial de Grupo Logístico Andreani, “hay que adaptarse, armarse para acompañar los mayores costos renegociando tarifas con los clientes, buscando servicios o mercados nuevos y, sobre todo, con mucha inversión en el negocio. Y eso es lo difícil. Porque para una empresa nacional cuesta conseguir préstamos que le permitan seguir invirtiendo. Es necesaria toda una ingeniería financiera que debes desarrollar permanentemente”.
Con una visión más alentadora, Hernán Sánchez, Director Comercial de CELSUR, confiesa que “no observamos que el 2015 sea un año bisagra”. En todo caso, para el también Presidente de la Asociación Argentina de Logística (ARLOG), “lo fundamental será desarrollar una relación de socios con el cliente, entendiendo que si suben los costos subirán las tarifas del operador logístico”. El secreto de la competitividad para Sánchez radica, básicamente, en tres pilares fundamentales: “mano de obra calificada, procesos adaptados permanentemente a los cambios del mercado y una infraestructura acorde a la demanda de los servicios”.
Procesos, costos y tarifas
“Es indispensable asegurar el traslado de los aumentos de costos a nuestros clientes, tarea que cada vez más compleja a pesar de estar soportados por contratos, convenios de servicio, etc.”, analiza Eduardo Ford, Director de Gefco Argentina. Además, “también debemos enfrentar una dificultad creciente para cobrar los servicios prestados, lo cual impacta fuertemente en la salud financiera de la empresa”.
Para el máximo ejecutivo del ahora operador logístico de capitales rusos, “si bien es difícil hablar de productividad en un contexto de pérdida de volúmenes, resultará imperativo trabajar en la eficiencia de los procesos internos y en la reducción de los costos operativos y de estructura para sostener nuestra competitividad”.
También en ese sentido, el Gerente General de ZARCAM, Matías Álvarez Piris, cuenta que pusieron el foco en “analizar los principales procesos operativos y administrativos para encontrar oportunidades de mejora que representen reducción en los costos y un aumento de la eficiencia”.
Como síntesis, puntualiza Carlos Risetti, Director de Finanzas de Cruz del Sur, “la competitividad se sostiene a través de la profesionalización y capacitación de los recursos humanos, de la innovación permanente y sostenida de los procesos, de la adaptación de los servicios a las tendencias, mediante la incorporación de nuevas tecnologías acordes a las exigencias de la realidad y, por supuesto, con inversión en infraestructura”. Su fórmula puede resumirse en “hacer más y mejor con el menor costo posible, apelando a la vocación y cultura de trabajo, flexibilidad, criterio práctico y control de costos”.
Fuente: La Nación, abril 2015.
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