CEDOL inició el ciclo 2021 de conferencias exclusivas para sus asociados, con la presentación de Diego Ezcurra, especialista en cambio climático, energías y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Dada la gran convocatoria, la charla se repetirá el 8 de abril a las 14 hs.

Ambiente y sustentabilidad representan dos áreas de actualización permanente para las empresas y, por supuesto, la logística también se da lugar para debatir al respecto. Como parte de sus actividades para el 2021, la gerencia de CEDOL, en coordinación con el área técnica, realizará una serie de conferencias exclusivas para sus asociados. En la primera jornada, a comienzos de marzo, se presentó Diego Ezcurra, docente y consultor, con más de 12 años de experiencia en cambio climático, energías y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. 

El especialista se propuso abordar una de las patas de la sustentabilidad, el calentamiento global, junto al rol de algunas actividades como el transporte carretero, fuente de emisión de dióxido de carbono. Y para entender lo que ocurre en las empresas, sostuvo, lo primero es comenzar a medir sus propias emisiones: “Casi 60 gigatoneladas se emiten en el mundo, principalmente dióxido de carbono por combustibles fósiles. Y la mayoría es de los países que se industrializaron durante la revolución industrial, con China a la cabeza, seguida por Estados Unidos y la Unión Europea”. 

En las proyecciones a largo plazo se observa un avance hacia escenarios de altas emisiones entre los países, con cambios de temperatura de 4° para fin de siglo, muy elevado. “Si bien hay muchos proyectos que apuntan a emisiones 0 para el año 2050, lo cierto es que muy pocos países llegarán. El desafío es enorme e implica un cambio de paradigma absoluto que abandone prácticas muy arraigadas, como el autotransporte carretero”, indicó.    

En Argentina, la mayoría de emisiones vienen de la quema de combustible fósil con fines energéticos (más de 50%) en agricultura, ganadería y otros usos de la tierra. De hecho, según los datos del consultor, la principal fuente de emisión es la ganadería (21%) y la segunda es el transporte (13%), sobre todo carretero de carga. “En esos dos puntos radican la presiones internacionales y los desafíos del país”, remarcó. Y agregó que si bien en los últimos años bajaron las emisiones del transporte, el descenso se explica más por crisis y vaivenes económicos que por otras medidas. 

Las estimaciones de Argentina indican que el país no superará los 359 millones de toneladas en emisiones de dióxido de carbono y, si bien no existe demasiado control o sanción al respecto, deberán dejarse de lado cuestiones políticas porque todo se encamina hacia controles de algún tipo con fuertes sanciones, explicó el especialista y recordó que en 2019 se sancionó una Ley que indica lo que deberá hacer Argentina sobre cambio climático.  

Para Ezcurra, es lógico que las empresas piensen “con todos los líos que tenemos día a día, ahora hay que atender esto”; pero lo cierto es que medidas como la optimización de la logística o ruteos tienen costo cero y un impacto muy grande. Otros, en cambio, tienen elevados costos y “ahí aparecen los valores a las emisiones y los mercados de carbono para generar incentivos en las empresas para bajar sus emisiones. Pero, insisto, no todo es costo e incluso puede ser ahorro”.

Además, en el mundo hay dinero disponible diversas acciones y los privados pueden acceder a ese dinero presentando sus proyectos de reducción de emisiones. También, la medición de emisiones es algo muy presente en la mente de los consumidores, que comienzan a exigir al respecto y empuja a las empresas para poder conocer la huella de carbono que genera su propio consumo.   

Otras medidas se ven en el transporte aéreo, por ejemplo, que piensa en el hidrógeno como fuente de combustible: “Es probable que lo que ocurre en modo de transporte decante con el tiempo hacia el carretero”, analizó. En este sentido, los biocombustibles son una opción de transición hasta llegar al uso de hidrógeno, sobre todo el hidrógeno verde, proveniente de energías limpias y renovables. Si bien todavía es una apuesta grande a largo plazo, ya se pueden ver algunas experiencias en la región, como es el caso de Chile.

Según el consultor, “muchas alternativas del transporte de cargas no se concretan por falta de costumbre o desconocimiento: Reducción de ralentí, conducción eficiente, mejoras aerodinámicas en los tráiler, neumáticos de bajo coeficiente de rodadura, limitador de velocidad, lubricantes de baja viscosidad, telemetría, equipos de mayor porte, entre otras”. 

Ya en el cierre de la presentación, el especialista realizó algunas recomendaciones para comenzar a reducir emisiones y aseguró que la educación es el punto de partida: “La capacitación a choferes para mejorar sus hábitos de manejo, con incentivos, puede generar 20% de mejora en el consumo de combustibles”. Por último, detalló: “Horarios de distribución, optimización de falsos fletes, buena gestión de cargas, etc. Cuando se suman acciones y se mide, comienzan a surgir retornos para las empresas”.