En un comienzo de año signado por el aumento de tarifas en los servicios y otros insumos clave para el transporte y la logística, el sector se encuentra inmerso en un clima enrarecido, dominado por la incertidumbre y la falta de medidas concretas frente a un mercado que no muestra señales claras de reactivación, especialmente para una actividad clave en el desarrollo de la economía y la productividad del país. En este sentido, Jorge López, presidente de la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (Cedol), fue muy claro al respecto: “El sector no arranca bien el año, incluso debería decir que comienza mal porque viene muy castigado por aumentos en tarifas de servicios, cargas impositivas, combustible, peajes, tasas municipales, etc.”

¿El aumento de los peajes es lo que más molestó al sector?

Es un disparate sin ninguna justificación, porque los peajes de la Ciudad de Buenos Aires son autopistas que ya están amortizadas, o sea que se trata de cajas recaudatorias que inciden fuertemente en el costo de distribución en la Ciudad. También aumenta el combustible, la energía y otros servicios. Suben los alquileres, las tasas en provincias y municipios, tasas de seguridad e higiene, o de ingresos brutos. Todo aumenta y la actividad no repunta, sigue recesiva.

¿Cómo se enfrenta la logística con esta realidad?

Es complicado para la actividad porque se enfrenta otra vez al desafío de tener que trasladar esos aumentos que produce el Gobierno, a las tarifas. Porque no me canso de repetirlo, la logística no es formadora de precios, sino que se ve afectada por decisiones gubernamentales que ajustan diferentes componentes de nuestro costo, y que nos ponen en la difícil situación de tener que trasladar urgentemente estas subas a las tarifas.

¿Qué opina cuando escucha desde algunos sectores que la logística y el transporte son caros o afectan a la competitividad de los productos?

Esos dichos muestran un total desconocimiento de la realidad, es un discurso falso. El costo logístico puede incidir más o menos en los productos, pero insisto, surge de una serie de valores que no dependen del sector, como la enorme carga impositiva, el precio del combustible, peajes, tasas nacionales, provinciales y municipales o la mano de obra. Son todos costos que siguen aumentando y que sufrimos en el sector pero que incluso no siempre podemos trasladar a las tarifas. De hecho, las empresas de transporte, en el 95% de los casos, son de bajísima rentabilidad.

¿Cómo están las empresas de transporte?

Es un sector al que le cuesta mucho sobrevivir porque la gran mayoría son empresas pequeñas o familiares, de gente de trabajo. No es un sector de grandes empresarios. Y los que ven otra cosa, no están observando la realidad. Porque se trata de miles de compañías pequeñas que se debaten día a día para llegar a fin de mes, que están en rojo.

¿Y cuál es el problema de fondo entonces?

El problema está en que los valores de los componentes que hacen al costo de la actividad son muy elevados y no se hace nada para reducirlos, como por ejemplo, con el alto costo impositivo que tiene el sector. Además, frente a esta problemática, se aumenta la marginalidad, la informalidad. Por eso, el sector no está bien económica y financieramente.

¿Qué respuesta ven desde el Gobierno?

La respuesta está en las acciones que implementa. No hace nada para cambiar la situación, sino lo contrario: aumenta el combustible, peaje, energía o cargas impositivas. Todo el tiempo encontramos provincias que suben ingresos brutos o municipios que incrementan tasas al transporte. Por lo tanto, suben los costos. Se hace todo al revés. Antes teníamos el REFOP que funcionaba como un incentivo que retornaba parte de las cargas sociales que pagaba el empleador, lo que ayudó a las empresas y generó un alto blanqueamiento en la actividad. Pero se anuló y ahora vuelve a crecer la informalidad. Habría que retomar ese tipo de políticas.

¿Qué porcentaje de las tarifas corresponden a rentabilidad?

No hay nadie en este sector que llegue a dos cifras en su rentabilidad. Siempre hablamos de porcentajes de una cifra. En general, el sector no llega al 5% de rentabilidad, antes de impuesto a las ganancias. Pero por desgracia, muchísimas empresas no alcanzan ni eso.

Entonces, ¿cuál es el futuro de la actividad?

Se seguirán trasladando los aumentos de costos a las tarifas y habrá algún sector que continuará diciendo que el costo del transporte es muy alto, aunque realmente no lo sea. El único camino es trabajar en reducir la cargaimpositiva para dejar de fomentar la informalidad y simplificar las cosas para las empresas que funcionan correctamente. Esa es la forma de buscar más productividad y más eficiencia.