Es muy probable que la mayor cantidad de gente que trabaja en logística esté de acuerdo en que 2017 fue un buen año para el sector. Se evidenció un crecimiento en la actividad, superior al 5 %, en muchos casos con inversión en nuevos depósitos que permitieron ampliar también la oferta de espacios y servicios. Ese crecimiento es acompañado por una mayor capacitación, no sólo en los niveles gerenciales -como podía ocurrir en épocas anteriores- sino que también incluyó a colaboradores y trabajadores de línea en general. El sector ve con claridad que su futuro está en la profesionalización y la posibilidad de agregar valor.
En ese sentido, uno de los temas más hablados es el de los altos costos logísticos en mano de obra. Este punto muchas veces no fue abordado en un sentido amplio, ya que es habitual que los colaboradores del sector agreguen valor en la transferencia hacia el próximo eslabón de la cadena.
Clima calmo e inversiones
El crecimiento percibido está relacionado con un contexto favorable. Se puede apreciar una mayor confianza en las autoridades políticas, en el sentido de no dar giros bruscos y, a su vez, permitir una mayor planificación de largo plazo. Y esa planificación de largo plazo puede verse en proyectos como el Plan Belgrano, que dotará de accesos y mejor transporte -vía férrea- al norte de la Argentina.
Esos cambios también se manifiestan en los Proyectos de Participación Público Privada (conocidos como PPP), que son de fundamental importancia para poder realizar mejoras de infraestructura a largo plazo.
Para los privados, es importante que haya mayor acceso a créditos blandos, de manera de poder dar el paso adelante e invertir. Los operadores logísticos, en ese sentido, deben acompañar al Estado, como socios estratégicos.
En efecto, ya hay proyectos importantes. El CTC (Centro de Transferencias de Cargas) inaugurado hace algo más de un año, es un ejemplo de cómo se puede crecer con inversiones público-privadas. Además de ser una iniciativa encarada en pos de mejorar el tránsito en la ciudad.
Transporte multimodal
Otro aporte importante para la mejora de la logística tiene que ver con el transporte multimodal, uno de los avances que se están empezando a planificar. De hecho, el Mercado Central podría llegar a convertirse en una Zona de Actividades Logística (ZAL), según se está hablando.
Es muy importante, en ese sentido, tener nexos coordinantes. Los gaps en la cadena que, de a poco y mediante diferentes sistemas de transporte, se pueden ir achicando. Por ejemplo, no sería demasiado aventurado imaginar que se pueda llegar desde la terminal de Exolgan vía el río Matanza hasta el Mercado Central y desde allí se pueda conectar vía terrestre con las diferentes carreteras.
Así como la infraestructura es uno de los grandes desafíos, el otro -como se mencionó previamente- es la capacitación. Es cada vez más habitual que los clientes exijan a los operadores logísticos que agreguen valor a sus servicios, pudiendo absorber no solo productos terminados sino otros que el mismo operador termine de acondicionar.
Es cierto que hay factores de contexto que deberán atenderse para poder sostener el crecimiento (como la inflación y el consumo), sin embargo tanto las inversiones en infraestructura como la mayor capacitación y posibilidad de intervenir en la cadena, son indicadores de grandes y fascinantes desafíos de acá a unos años para el sector logístico.
(*) Por Pablo Duarte, Gerente de División Logística en Cruz del Sur.
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